Selección de mariscos y ostras.

Los vinos blancos son la elección imprescindible para realzar los sabores delicados de los mariscos y las ostras. Su frescura y su acidez natural se combinan perfectamente con la sutileza de los productos marinos. Entre las mejores combinaciones, los vinos del Loira como el Muscadet, el Sancerre o el Pouilly-Fumé se distinguen por su vivacidad y sus notas cítricas que realzan el sabor yodado de las ostras. Los Chablis, de Borgoña, aportan una elegante mineralidad que se armoniza con los mariscos más carnosos. Para los amantes de vinos más afrutados, un Riesling de Alsacia, con sus aromas de frutas de pulpa blanca, se presenta en la mesa de los amantes de los crustáceos. Estos vinos blancos son el acompañamiento ideal para una experiencia gustativa auténtica y refinada.

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